lunes, octubre 10, 2016

Condensadores cruzados y derivados a masa

Tal vez no lo sepáis, pero una de las entradas más exitosas del blog es la dedicada a condensadores de electrónica en la Cota 348 de mi amigo José María. Fue algo que hicimos allá por el año 2.011, y que se ha leído más de 2.000 veces desde entonces, cosa que no imaginaba ni en mis mejores sueños. Si no le has echado un ojo, igual te interesa leer la historia aquí.

El caso es que allí contábamos cómo hacer para sustituir los condensadores clásicos por tecnología actual, y reubicarlos de modo que no sufrieran tanto como lo hacen en su alojamiento habitual en el volante magnético, probablemente uno de los lugares con más calor y vibraciones en un motor de dos tiempos. La 348 de mi compañero fue la primera moto en la que jugamos con esto, y visto el buen resultado, lo hemos aplicado de vez en cuando según nos hemos ido encontrado condensadores que empezaban a dar lata. Y en general, debo decir que con resultados muy satisfactorios ... aunque no habíamos vuelto a hacer lo mismo que con la 348, que fue retirar el condensador defectuoso. Supongo que por pura vagancia.

El condensador de electrónica en la Cota 172 de JM
Y por pura casualidad, hemos descubierto que es aconsejable retirar por completo el antiguo. Os cuento la razón, a riesgo de poner de manifiesto mi incompetencia una vez más. Resulta que un condensador puede fallar de dos modos diferentes: puede cruzarse (porque se perfore el aislante interno) y puede derivarse a masa. Y resulta que si el condensador se cruza no hay ningún problema para aplicar mi receta sin retirar el antiguo, pero si se deriva a masa, la solución no funciona porque hay pérdidas en el circuito antes de llegar a la bobina de alta, y el encendido fallará como una escopeta de feria.

La Cota 200 con su guardabarros nuevo
De hecho, lo he comprobado este mismo fin de semana sobre la pobre de la Cota 200, que tal vez recordéis que se usa en casa cuando llega algún amigo menos experto al que da reparo prestar una 350 para que no se haga daño. Para eso ha quedado. Y la penúltima vez que falló le puse un condensador de electrónica conectando una de sus patillas a la entrada de la bobina de alta y la otra a masa. Arranqué, iba todo bien y la dejé parada. Hasta que hace unos meses volvimos a tener invitado peligroso y la volví a sacar. Arrancó sin dificultad, pero en cuanto la moto se calentó aquello empezó a dar petardazos de todos los colores, motivo que bastó para devolverla a la cuadra (literalmente) y dejarla parada el resto del verano. Hasta que este sábado me puse con ella para cambiarle el guardabarros trasero, que era una de las cosas que tenía aplazadas desde hacía tiempo. Así que, cuando terminé, volví a arrancarla para comprobar que seguía con el mismo problema con que se paró ... y que sonaba a electrón descontrolado.

Así que recordé que días antes había leído un comentario de un compañero en el foro de La Maneta recomendando que se retirasen siempre los condensadores antiguos antes de poner uno en paralelo, y probé con la receta. Saqué el volante, retiré el condensador antiguo -principal sospechoso del comportamiento errático del encendido- y volví a conectarlo todo tal cual. Mano de santo: la moto empezó a ir como la seda, sin el más mínimo síntoma de problemas. Conclusión: mi condensador antiguo no estaba cruzado, sino derivado a masa, y había que quitarlo para conseguir un resultado efectivo con el componente moderno.

La única duda que me queda ahora es si los platinos se resentirán por tener montado el condensador tan arriba. Que no lo creo, pero que habrá que comprobarlo.

martes, octubre 04, 2016

Un otoño cualquiera

El Jueves 29 a las 8 de la noche era el funeral de Juande. Y cuando miré el calendario resultó que ése día sólo tenía una clase por la mañana a primera hora, y un viernes donde las cosas pendientes se podían resolver por teléfono y con un ordenador. Así que pensé que, por una vez, iba a poder estar en Córdoba un día entre semana. Y ya puestos, que no podía hacerle mejor homenaje que hacer el viaje en moto.

Así que agarré el Tomtom, puse un par de pasos intermedios en la ruta entre Madrid y Córdoba para forzar al invento a no llevarme por autovía, y a las 11 de la mañana estaba con la GS 1200 camino de mi tierra por un recorrido que probablemente no sea el mejor de los posibles, pero que me permitió dedicar algo más de cuatro horas a pensar en mi amigo y desearle de corazón un reposo tan bueno como merece una persona como él.

No hice muchas fotos porque tenía la cabeza en otro lado, pero en algún punto del recorrido no pude evitar pararme para saborear el paisaje con un mínimo de calma. Absurdamente no lo hice en el Parque Nacional de Cabañeros, donde la CM 403 es un espectáculo de buen asfalto y curvas bien trazadas donde la moto se levanta y se deja caer dulcemente y sin esfuerzo alguno por parte del piloto. Pero sí me detuve en Fuencaliente, que marca el límite entre Castilla la Mancha y Córdoba, cerca de Conquista, sólo para ver qué bonitas se veían las nubes de final de Septiembre en el horizonte. 


Y a la vuelta, tras haber dedicado un par de días a mi madre, escogí una ruta aún más extraña y de la que no guardo recorrido exacto porque improvisé sobre la marcha. No me preguntéis cómo, pero acabé con la moto parada junto al Guadiana, cerca de un lugar llamado Poblete, donde el paisaje merecía tanto la pena como podéis ver:


Un fin de semana cualquiera de un principio de otoño como el de cualquier otro año. Pero que te hace recordar que no estás aquí para siempre, y que más te vale aprovechar el tiempo que Dios tenga previsto dejarte, dándole gracias por haber puesto a tu disposición un mundo como el que tenemos a mano y frecuentemente olvidamos.